El huerto, de 3.000 metros cuadrados, se cultiva mediante cuidadosas prácticas de respeto a la tierra: bancales acolchados, compost natural, estiércol de los animales de la finca, semillas sin modificar genéticamente, ausencia total de abonos quimicos, pesticidas y otros venenos. Los animales son criados en libertad, con alimentación sana procedente de los cultivos ecológicos.